En este ensayo partimos de un concepto derivado de la tradición anglosajona: «the long nineteenth-century», es decir, un periodo que excede los límites cronológicos del siglo y que está definido temporalmente por la Revolución francesa (1789) y el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914). Pensando esas grandes coordenadas temporales para el caso peruano, tenemos un primer umbral gestado por la rebelión indígena y los intentos de reforma del orden colonial desde la Ilustración (Rebelión de Túpac Amaru [1780], publicación del Mercurio Peruano [1790-1795]). Este umbral inaugural, definido por tensiones históricas que sobreviven hoy, culmina con el de las primeras experiencias plenamente modernas en la literatura (el modernismo y las vanguardias, y las «vidas de artista» de escritores como Abraham Valdelomar o José María Eguren) y, en el orden sociopolítico, con el final de la denominada República Aristocrática en la que eclosiona el discurso feminista y el movimiento obrero, y el inicio del oncenio de Leguía.